Daniela Brik
Jerusalén, 15 oct (EFE).- Cursos de tiro y
defensa personal, adquisición de licencias de armas de fuego y blancas,
compra de sprays de defensa, los israelíes están echando mano de todo lo
que encuentran a su alcance para combatir la peor de las amenazas
posibles: el miedo ante la rampante violencia que asuela el país.
Y
es que la inseguridad originada por la que ya denominan los medios como
"Intifada de los cuchillos", ha hecho mella y llevado a gran parte de
los israelíes a plantearse qué harían ante un apuñalamiento
protagonizado por un palestino.
Desde el pasado día 1 de octubre
se han producido al menos 24, que han dejado siete israelíes muertos, en
una ola de violencia sin precedentes en más de una década, que se ha
cobrado las vidas de 33 palestinos, al menos trece agresores o presuntos
agresores, según un recuento de Efe.
Ante una situación agravada
por las imágenes que estos días difunden los medios y redes sociales,
en los que aparecen de la nada palestinos blandiendo navajas o cuchillos
carniceros, muchos no quieren dejar en manos del destino o del amplio
número de fuerzas de seguridad su suerte y tratan de prepararse como
pueden ante cualquier eventualidad.
Así, proliferan las
iniciativas civiles para garantizar la seguridad como patrullas de
voluntarios en guarderías, el aumento de los talleres de defensa y de
Krav Magá, un estilo de lucha cuerpo a cuerpo desarrollado por el
Ejército israelí y popularizado entre cuerpos de seguridad de élite en
todo el mundo.
Los medios se hacen eco de herramientas más
rudimentarias como bates de béisbol que guardan los taxistas, palos de
escoba o un paraguas con los que viandantes y tenderos han logrado
reducir a los asaltantes armados con cuchillos e incluso un rodillo de
cocina con el que se había pertrechado una señora que viajaba en el
autobús en Petaj Tikva, una imagen viral gracias a internet.
"Quizá
esa señora lo llevara a un curso de cocina, pero desde luego no es una
mala idea para protegerse llegado el caso", comentó a Efe Shaní Rubin,
una israelí que trabaja en Jerusalén.
Los cursos de defensa personal no hacen más que crecer.
"En
doce años que llevamos dando clases, nunca habíamos experimentado una
demanda semejante. En cada clase solíamos tener 25 personas y en los
últimos días más de 150 personas quisieron apuntarse", explica a Efe Adi
Vimer, responsable del centro El Halev, en el barrio jerosolimitano de
Talpiot.
Especializado en cursos de defensa para combatir la
violencia contra las mujeres, el centro abre cada día nuevos talleres
específicos para "los actuales ataques con cuchillos".
"Lo
importante es saber que en tres horas no te puedes convertir en un
ninja, pero tratamos de ofrecer herramientas para lidiar con esta lucha
que nunca es igualitaria y pueden salvar vidas", sostiene.
Entre
las instrucciones, quizás la más importante es "gritar y advertir de que
existe un problema" a la par que trabajar simulaciones en grupos de los
intentos de acuchillamiento.
La tienda de venta y entrenamiento en armas "Magnum 2525" del centro de la urbe era hoy un ir y venir de clientes.
Su dueño, Isaac Mizraji, asegura que las ventas se han incrementado el 300 o el 400 por ciento en relación a días normales.
"En
la última semana hay una situación del todo insoportable, la gente
viene aquí a comprar todo lo que pueda con el objeto de defenderse y
nosotros les vendemos los productos más sencillos como gas pimienta o
pistolas de descarga eléctrica, lo importante es que se sientan
seguros", declara a Efe.
Nadav Cohen, de 28 años y residente del norte de Israel tiene una pistola del tipo Glock 26 desde hace dos años.
"Pude
obtener la licencia por la unidad donde serví en el Ejército y porque
resido en zona fronteriza", refiere a Efe Cohen quien estos días no se
separa del arma.
"Generalmente no la solía portar, pero estos
días sí, me da sensación de seguridad", apunta este israelí que, tanto
en el seno del Ejército como en la compañía de seguridad para la que
trabaja, ha recibido recientemente cursos de defensa especializados en
ataques con cuchillos.
Los israelíes también están recurriendo a servicios de seguridad privada para recuperar la protección.
Nir
Gilboa, director de la compañía del sector Tzevet 3, aseguró al
periódico "Israel Hayom" que había una demanda dramática de guardas de
seguridad y su centro había experimentado un 40 por ciento de incremento
en solicitudes de entrenamiento de efectivos.
De acuerdo a la Oficina Central de Estadísticas, faltan en la actualidad miles de guardas en Israel.
El
titular de Economía, Arie Deri, destinó partidas adicionales para
ampliar el horario laboral de estos trabajadores y el de Finanzas, Moshé
Kahlón, aprobó financiar el personal de seguridad en las guarderías
hasta las 16.00 de la tarde.
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